DULZAINEROS: Semblanza y Repertorio.

img

El 9 y 16 de noviembre el Centro de Interpretación del Folklore acogera el IV Ciclo de Otoño dedicado al instrumento más representativo de nuestro folklore, la dulzaina.

Este ciclo iniciado en 2010 nació con el objetivo de mostrar diferentes perfiles de músicos tradicionales; dulzaineros y tamborileros que a través de sus vivencias y su repertorio nos acercan con nuevas miradas a este viejo oficio.
La cuarta edición de este ciclo que comenzará el próximo 9 de noviembre estará dedicada a jóvenes músicos tradicionales.
Día 9 de noviembre: Jesús Costa
Dulzainero segoviano que comenzó su formación en 1987 de la mano de Mariano Matey continuando en la Escuela de Dulzaina de la Diputación Provincial con Mariano San Romualdo “Silverio” y Luis Barreno, entre otros. Jesús Costa es un intérprete de dulzaina dotado de una gran intuición musical y una técnica muy depurada, como se puede apreciar en los discos que ha publicado, en el año 2000 “X Aniversario" con el Grupo Aljibes y en 2010 “Al hilo de la Tradición” en solitario. Costa es, además, autor de varias piezas compuestas sobre los ritmos y géneros más representativos del repertorio tradicional, como reboladas, bailes corridos o la emblemática entradilla. En la actualidad imparte clases de dulzaina y tambor en su escuela del popular barrio de San Lorenzo en la capital Segoviana.
Día 16 de noviembre: Alvaro y Óscar Pajares
Estos dos primos de Fuentesaúco de Fuentidueña, son discípulos de Vicente Martín Blanco, músico tradicional afincado en este pueblo, aunque natural de El Cubillo, y fallecido el pasado enero. A finales de los noventa, comienza el aprendizaje de la dulzaina Álvaro Pajares, formándose en la Escuela Municipal de Música de Cuéllar, con Alfredo Ramos, y a la vera de Vicente, escuchando sus consejos, su repertorio y sus vivencias de músico viejo. El será su compañero de toques en los últimos tiempos. Durante varios años, Vicente dio clases de tambor y de pito a un grupo de niños de la localidad. De este grupo sobresale su discípulo Oscar Pajares, muy buen tamborilero y joven promesa de la dulzaina (que se ha formado también con Alfredo Ramos y Carlos de Miguel, en Cuéllar y Segovia respectivamente) que junto a su primo, el ya mencionado Álvaro, aseguran el relevo generacional y la preservación del legado de Vicente.